Compartiendo:

    Tanto mi pareja como yo queríamos que mi parto fuera lo mas natural posible, pero a medida que avanzaba el embarazo me di cuenta de que ni la clínica donde me correspondía parir ni mi ginecólogo trabajaban de esa manera. Susana Olalla me contactó en un foro, y empezamos a hablar. La primera idea era ir al Costa del Sol, porque allí atienden partos “naturales”, pero al final lo que más me atrajo fue el parto en casa. Susana trabaja con un matrón para acompañar estos partos.

    Lo primero que me llamó la atención de Susana fue su calidez y lo cercana que la sentí hacia nosotros desde el primer momento. Solamente su presencia tranquiliza y anima muchísimo. Enseguida nos hicimos amigos los tres (Mi pareja, mi bebé en la barriga y yo) y empezamos a trabajar. Hicimos meditaciones, hablamos, nos explicó lo que teníamos que saber sobre el proceso en el que estábamos metidos, me quitó los miedos que tenía, me daba masajes en los pies…una maravilla.

    Cuando el embarazo se prolongó más de lo que permitía pensar en un parto en casa casi me derrumbé. Parecía que el bebé no quería salir… El ginecólogo me programó una inducción para un lunes. Gracias a las charlas con Susana mantuve el ánimo alto y fui positiva. Me dijo que hablara con mi bebé y conmigo misma para no tener ningún miedo ni bloqueo que retrasaran el parto. Lo principal era no llegar a necesitar la inducción.

    Susana me recomendó que hiciera una serie de cosas para desencadenar el parto, todas naturales, y funcionó! El sábado anterior al lunes temido fuimos a comer a casa de Susana, y allí perdí el tapón mucoso. Estábamos tan a gusto allí que las contracciones no fueron casi dolorosas. Además Susana decía que aun quedaba mucho y estaba tan tranquila que no tuve miedo en ningún momento.

    A la diez de la noche nos fuimos a casa, llevaba desde el mediodía con contracciones suaves, espaciadas. En casa fueron a más, y a las 12 eran ya casi seguidas. Susana recomendó ir al hospital. Como dolía!! Me metí en mi mundo, no pensaba, solo sentía mi cuerpo, abriéndose de forma incontrolable. Llegué con dilatación completa y tuve a mi bebé a las 2:20 de la madrugada, de forma natural (aunque con 3 puntitos de episiotomía…) Nunca olvidaré el cariño con el que me recibió Susana cuando llegamos al hospital, me sentí niña otra vez mientras me consolaba. Habló con el matrón, estuvo en todo momento apoyándonos y podíamos sentir sus buenas vibraciones. Yo me sentía segura con ella cerca. No pudo entrar al parto pero estaba detrás de la puerta, pendiente de todo y mandándome energía.

    Ella fue la única que cargó al bebé además de nosotros.

    Vino a vernos a la habitación del hospital, ayudó en la lactancia, y nos apoyó también en el puerperio, visitándonos y hablando con nosotros. Ahora seguimos en contacto, se interesa por la crianza del bebé y da muy buenos consejos.

    Sin la compañía y el apoyo de mi querida doula Susana Olalla todo habría sido muy diferente. Le estoy muy agradecida por haberme ayudado a tener un parto tan estupendo y un bebé tan sanote y feliz.

Sara